No pienses esto demasiado
Querida lectora, esta entrada no es acerca de dolores de cabeza ni de migrañas, pero el tema a tratar del día de hoy, sí puede provocarte malestares en la torre de control (mejor conocida como cabeza o mente).
No pienses esto demasiado.
Pensar demasiado es un sentimiento o estado con el que todas nos podemos relacionar. Todas podemos pensar innecesariamente y algunas de nosotras somos incluso más sensibles a caer en este comportamiento.
El pensamiento en exceso está enmascarado y es experto en esconderse de muchas formas: intentar adivinar el pensamiento de otras personas, tratar de interpretar cada detalle en tu vida (conversaciones y acciones), desear poder conocer el futuro, reflexionar sin fin una decisión (y cuando por fin logras tomarla, cuestionarte sin cesar si esta fue correcta o no), repetir vivencias vergonzosas en tu cabeza, no poder dormir porque la mente no se apaga, vivir en el “hubiera” de todo y… si sigo con la lista voy a sobrepensar maneras de sobrepensar (perdón la redundancia pero también es un ejemplo de cómo el pensamiento vicioso nos hace perder el tiempo).
Todas las formas existentes de sobrepensar tienen algo en común: que existe un mínimo beneficio de todo el esfuerzo/tiempo entregado a pensar y que las desventajas son enormes al pasar mucho tiempo con pensamientos repetitivos, pues estos se vuelven nocivos.
¿Cuáles son los platos rotos de pensar demasiado?
· Ansiedad: sobrepensar es el equivalente mental de caminar de un lado a otro en una habitación, motivada sólo por la creencia de que el problema se va a resolver si utilizas suficiente energía mental o física. El no poder encontrar una solución te llena de dudas y te hace sentir ansiosa.
· Sentir que estás perdiendo el tiempo: seguro has experimentado, o puedes reconocer, que en ocasiones recorres los mismos caminos mentales, repitiéndolos como si estuvieras en un coche que atraviesa una glorieta sin salidas. Esto consume tu energía y es frustrante.
Sobrepensar es un hábito difícil de romper porque te hace sentir como si estuvieras haciendo algo, cuando en realidad una parte de ti sabe que sólo estás perdiendo tu esfuerzo y tiempo.
· Roces con familia, amigos y compañeras: de la misma forma en que pensar de más logra drenar tu energía, también drena la energía de todas las personas que te rodean. Existe una gran posibilidad que tus conocidos se cansen de escucharte y acompañarte a recorrer las mismas carreteras mentales una y otra vez. Personas cercanas a ti comenzarán a irritarse cuando no puedas tomar una decisión, y tus relaciones interpersonales pueden sufrir como resultado.
· Perder oportunidades: tomar decisiones con base en fundamentos o investigaciones minuciosas, es algo inteligente que podemos hacer, pero si piensas demasiado tiempo en una decisión, es probable que las oportunidades se vayan volando. A veces tomar una decisión en tiempo oportuno (sin precipitarnos) y sin mucho pensamiento detrás, nos puede ahorrar muchos dolores de cabeza.
¿Hay oportunidades esperando por ti de las que no quieres perderte por sobrepensar tu decisión? Tal vez sea un buen momento para hacer tu jugada.
Remedios para NO sobrepensar...
Las acciones de TODOS LOS DÍAS.
· Practica meditación para tener una mente plena: el término “atención plena” (“mindfulness”), no nos invita a pasar más tiempo pensando, en cambio, nos ayuda a enfocarnos concientemente en lo que sucede en el aquí y el ahora, para finalmente abrir nuestra mente a “una nueva realidad”.
En vez de tratar de resolver problemas sobrepensando, puedes desarrollar una amistad distinta con tus pensamientos – NO te identifiques personalmente con ellos y NO los tomes tan en serio. Una herramienta contra el pensamiento excesivo es reconocerlo como tal y dirigir la atención hacia lo que puedes experimentar con tus 5 sentidos en el momento presente.
· Abraza la incertidumbre: lo incierto provoca miedo y pensar demasiado viene de un impulso por saber algo que es desconocido, por ejemplo: ¿Qué estará pensando alguien más de mí?
Es un hecho que, entre más tratamos de ganar certidumbre acerca de lo desconocido, más ansiosas y menos seguras nos sentimos. En lugar de sentirte tranquila evadiendo estas preguntas, es mejor aprender a sentir paz aceptando lo incierto. Eso es lo que hace la vida más divertida. No quiere decir que sea más cómodo vivir siendo comadre de lo incomprensible, pero sin duda es mejor que estar atorada con muchas dudas y esfuerzo mental sin frutos.
· Responsabilidad: permite que las personas cercanas a ti te ayuden a manejar esta tendencia a sobrepensar. Por ejemplo: puedes pedirle el favor a tu pareja para que te ayude a señalar los momentos en los que piensas demasiado, seguro va a estar feliz de ayudarte.
Como consejo, recuerda agradecer a tus seres queridos por esta tarea y no te molestes cuando hacen lo que les pediste.
· Enfrentar decisiones: pensar por montón a menudo surge del temor a hacer algo mal o incorrecto. Ten en mente que todo lo que puedes hacer, es tomar la mejor decisión con la información que posees.
Sin importar el resultado, siempre debes de sentirte orgullosa. Incluso si las cosas no salen como querías, lo más seguro es que en ese momento tomaste la mejor decisión.
Como consejo: no juzgues decisiones del pasado basada en información que no tenías en el momento.
· Practica la regla 80/20: el 20% de nuestro esfuerzo y tiempo, produce el 80% del beneficio de un resultado; el 80% restante de nuestro esfuerzo, sólo produce 20% adicional del beneficio… no te preocupes, sé que es un concepto un poco complicado de entender en un inicio.
En pocas palabras, se trata de volverte eficiente y emprender nuevas ideas una vez que ya invertiste un espacio de tiempo razonable en un tema o dilema. Te invito a leer el siguiente ejemplo y usar esta técnica en tu vida diaria para no caer en pensamientos prolongados que no te darán gran beneficio de regreso.
Ejemplo: durante la primera hora que dedicas a investigar acerca de esa licuadora nueva que quieres comprar, vas a obtener la mayor parte del conocimiento necesario para hacer una compra informada; las siguientes 4 horas le darán poco valor a tu decisión.
· Identifica cuando sobrepienses: en ocasiones lo más fácil es decirlo y ya: “Estoy pensando demasiado”. Entrena a tu mente para liberar pensamientos innecesarios y llama a esos pensamientos como consideres apropiado (yo elegí “basura”). Después de esto dirige tu atención hacia algo tangible, como el trabajo que estás haciendo, la persona con la que estás hablando o la comida que estás saboreando.
· Conecta con tu cuerpo: una buena manera de abandonar tu mente y dejar atrás esos pensamientos abrumadores, es adentrarte en tu cuerpo. Cuando te encuentres atrapada en un modo de pensar, haz algo de ejercicio: camina, muévete, estira algunas partes de tu cuerpo, cualquier actividad corporal que rompa esa cadena de pensamiento.
SIEMPRE pon atención a todos tus sentidos mientras te movilizas. Puedes intentar seguir una meditación guiada con atención dirigida a tu cuerpo. Si te interesa conocer más acerca de este tema, por favor coméntanos en la sección de abajo para crear una entrada dedicada únicamente a este tema.
· Busca espacio para tener errores: si eres propensa a sobrepensar porque no quieres tomar una decisión equivocada, tienes que estar abierta a la posibilidad de tener un error. Eres un ser humano y funcionamos a base de conocimientos imperfectos y falta de intuición (discernimiento). Tal vez esa nueva licuadora que vas a comprar se va a romper… tal vez ese correo electrónico va a ofender a algún receptor...
Como consejo: replantea los errores como oportunidades de aprendizaje, no los veas como algo que hay que evitar a toda costa.
Querida lectora, como siempre, en FloreSer nos preocupa tu bienestar sobre todas las cosas. Dejar de sobrepensar es algo que toma práctica, pero cuando menos te lo esperes podrás reconocer cuando te preocupes innecesariamente y escoger en cambio, hacer algo en la vida real en vez de pasar mucho tiempo en tu mente. Esta es una de las maneras en las que podrás evitar que el estrés tenga un impacto en tu calidad de vida.
Como pasa con todos los hábitos, cambiar patrones de pensamiento excesivo puede ser todo un reto, pero no es imposible. Con práctica podrás entrenar a tu cerebro a percibir cosas de una manera diferente y reducir el pensamiento innecesario. Si este tema es de tu interés y deseas conocer más al respecto, por favor escribe un comentario para realizar más entradas relacionadas.
Con mucho cariño,
FloreSer
Referencia: Gillihan, S. (2018). Cognitive behavioral therapy made simple. Althea Press.
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